Esta terapia consiste en la aplicación de ozono médico mediante mínimas punciones o aplicación directa con fines terapéuticos para mejorar el funcionamiento de órganos y tejidos, tratando múltiples enfermedades. Usado por primera vez durante la Primera Guerra Mundial para la limpieza y desinfección de heridas, el ozono médico es una mezcla de 5% como máximo de ozono y un 95% de oxígeno.

Útil en un amplio número de patologías, el ozono es reconocido por sus propiedades antisépticas, analgésicas y antiinflamatorias; estimulando al sistema inmunológico, mejorando la circulación periférica y la oxigenación de los tejidos debido a que favorece la cesión de oxígeno por parte de la hemoglobina.

El ozono puede ser utilizado con éxito en afecciones como retardos en la cicatrización de lesiones postraumáticas o heridas postquirúrgicas; pie diabético; úlceras por trastornos circulatorios; aterosclerosis; fibromialgia; hernias discales y patología osteoarticular, entre otras. Debido a su gran poder antiinflamatorio y analgésico, el ozono es de gran utilidad en dolores articulares.